“El caminante y su sombra”, de Francisco Nicolás Alacid

El próximo viernes, 16 de marzo de 2012, a las 20:00 horas, el escritor murciano Francisco Nicolás Alacid presentará su libro “El caminante y su sombra, reflexiones y vivencias de un peregrino en los Caminos de Santiago”, en la Casa de la Cultura de Calasparra. En el acto, organizado por el Ilustrísimo Ayuntamiento de Calasparra, intervendrán, además del autor, Fulgencio Caballero Martínez y María de los Ángeles Cristobal Rivera.
Se trata de un diario abierto y sincero que refleja con precisión las vivencias de un caminante, en todos los Caminos de Santiago recorridos, desde una perspectiva desenfadada aunque abundante en críticas y alegorías que presentan y representan el día a día de quienes viven y sufren – a veces en solitario – los avatares propios de esta tentadora aventura, donde el azar y la improvisación ponen el resto.
El autor se desprende aquí de todo tipo de formalismos y otras florituras para encarar de lleno, con osadía y desde su personal punto de vista, aunque con total objetividad, los pros y contras, las alegrías y satisfacciones y también la otra cara de estos caminos legendarios, no exenta de contrariedades y decepciones, una conjugación que contrasta la magia y la realidad, tanto por causas de infraestructura como de los recursos humanos que en muchas ocasiones brillan por su ausencia. En cualquier caso se trata de un anecdotario testimonial donde se suceden situaciones rocambolescas que hacen saltar la alarma de los huesos y el alma del caminante.
Conocer y patear todas las rutas históricas del Camino de Santiago, ese ha sido el objetivo pretendido, iniciado en 1995 y que se extiende hasta junio de 2011, este último por todo el Cantábrico a través de 850 kilómetros. Testimonio fiel donde no han faltado venturas y desventuras de diversa naturaleza y cargado de reflexiones que afloran desde el interior con absoluta libertad, e independencia de ningún tipo de afectación religiosa, pero siempre respetando el abanico de creencias que se respiran en el ambiente y a veces participando incluso en algún culto por propia iniciativa y con el ánimo de entender y conocer a través de la experiencia. Y desde esa libertad quiere el autor transmitir en un lenguaje coloquial, todo lo vivido durante ciento treinta y siete días y 4.686 kilómetros, donde no han faltado esa mezcla de sustos, miedos, alegrías, humor, enfados, denuncias y menciones de algunos ancestros y ancestras, un poco de valor y demás soliloquios y embrujos en íntima comunión con los únicos culpables de esta obra, el caminante y los caminos.

Volver arriba